NeoLiberalismo (o Los Sin Nombre)

Permitaseme emplear como titulo el de la excelente película homónima de Jaume Balaguero. En ella (y siento mucho si desvelo algo) hay un secta de adoradores del Mal que han renunciado a su nombre, al ser este un don de Dios al Hombre.

Imagino os habréis dado cuenta de lo difícil que resulta que los partidarios de la derecha (ya sea clásica o liberal) se reconozcan como tal. «Ya no se puede hablar de izquierdas ni derechas» o «¿Que significa neoliberal? No me reconozco bajo esa etiqueta» son frases ejemplo de lo que suelen contestar cuando se les intenta poner nombre. Es una más que artera estrategia. Los nombres son lo que nos permite pensar y razonar. «los limites de mi lenguaje no los límites de mi mundo», dijo Wittgenstein. Negándonos el nombrarlos nos hacen imposible pensarlos. Y en esa existencia difusa pueden continuar desmontando el estado social sin que sepamos muy bien de quien se trata. «Nadie (Oútis) es mi nombre, así me llaman mi padre, mi madre y todos mis compañeros.» dijo Odiseo al Cíclope Polifemo. Y como el herido Polifemo gritaremos «Nadie (Oútis) me hiere. Nadie me mata con astucia«.Homero, Odisea, IX 364-367 En este caso, el Mercado libre ya esta hiriendo nuestra sociedad.

Sin embargo, la solución es evidente. Retomemos a Wittgenstein : «43. Para una gran clase de casos de utilización de la palabra «significado» – aunque no para todos los casos de su utilización- puede explicarse esta palabra así: El significado de una palabra es su uso en el lenguaje. Y el significado de un nombre se explica a veces señalando a su portador.«(Wittgenstein, Investigaciones filosóficas). En lugar de ponernos a discutir con los neoliberales su oscura denominación (la cual no es más que revestir con neomodernidad un pensamiento tan conservador como antiguo, ya sean «liberales austriacos» o pertenezcan a otras filias) nos debe bastar con reconocerlos y actuar como «Contrafuegos» como Bourdieu, contra aquellos que pretenden desmoronar el Estado y vender sus servicios (solo los rentables) al mejor postor. Igual que los antiabortistas son «pro-vida» (¿y quien no es pro-vida?) y los creacionistas se acogen al «diseño inteligente», la más rancia derecha es ahora «Liberal».

Citare ahora Foucault. “las utopías consuelan: pues si no tienen un lugar real, se desarrollan en un espacio maravilloso y liso: despliegan ciudades de amplias avenidas, jardines bien dispuestos, comarcas fáciles, aun si su acceso es quimérico. Las heterotopías inquietan, sin duda porque minan secretamente el lenguaje, porque impiden nombrar esto o aquello, porque rompen los nombres comunes o los enmarañan, porque arruinan de antemano la sintaxis […] “(Foucault, las palabras y las cosas)

Así, La imagen neoliberal es una heterotopía disfrazada de utopía. Vil.